
Fue una tarde de otoño de 2009, cuando sumergida en las nostálgicas reliquias familiares, me encontré revisando un antiguo cofre de mi bisabuela Meche. No sé que buscaba, quizá hurgar en mis raíces y buscar respuestas en ellas. Soplé una hoja y leí “Mi querido Mañungo”. La carta estaba fechada en 1892. Ya había fallecido el Presidente Balmaceda y mi tátara tío Ramón le escribía a mi bisabuelo Manuel Vargas Clark, dueño del diario la Actualidad de Talca:
“… por mui ciego que se suponga al pueblo, este, que ha permanecido indiferente ante la revolución, tiene que comprender prácticamente que ella no se ha hecho en su beneficio i que, al contrario, ella se ha hecho en interés exclusivo de sus enemigos naturales: el clero i la aristocracia usurera. Apresurar este resultado, esparciendo con franqueza i energía las causas i consecuencias de la revolución, es la misión de nuestra prensa. Tengo tanta fe en la justicia de nuestra causa, que abrigo la seguridad de que antes de seis meses, estando nuestra prensa en buenas manos, somos mayoría manifiesta e inmensa mayoría pues contaremos en nuestras filas todo el gremio de artesanos i la masa popular, que si no pesa ante la consideración de los que se llaman Clase Directiva de Chile, pesa en las urnas i pesa en los conflictos armados…”
Uff… tiempos difíciles, pensé, pero no más que los de hoy. Con una parte del corazón mirando hacia el pasado y otra viendo mi presente realidad, con poco trabajo y muchos gastos, encontré junto a las patrióticas cartas de la revolución del 91, un sobre de la misma época. Era más grueso y me inquietó descubrir un pequeño cuaderno negro en él. Tuve que hojearlo… tenía un título ambicioso “Libro de Cocina”. En la primera hoja, el nombre de mi bisabuela y una data: “Mercedes Vargas Clark, Marzo 24 de 1893”. Presa todavía de mi asombro, fui sumergiéndome en decenas de recetas de antaño: Riñones en salsa, Sopa de ostras, Gallina rellena, Pollo en salsa de leche, Ave Particular, Lengua con callampas, Bayonesa de nueces, Perdices a la cazadora. Pastas de Berenjena y de Ají, y hasta la recomendación para “sacar manchas de mantequilla sobre géneros de seda”.